adentro del cajón de juegos tan guardada.
Revocando los huecos
de las paredes que te hicieron ser,
jugando a cambiarte de pico y pala con yeso,
de no saber manejar el receso y limpiarte,
Barrerte la tierra que tapó tus ganas.
Cuánto más para no correr
como rata por tirante,
para no hundirme y mostrarte mi peor cara,
la ira en pleno desconcierto.
Para qué seguir respirando
todo este aire contaminado,
si esto no es más
que uno de los tantísimos refugios
que nos alientan a llegar
a la cima del auto-conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario