Se lo llevó el otoño
como a una hoja seca
que se afloja con la fuerza
del soplar del viento.
Los cristales de mi casa
tiemblan viéndolo ir,
subir al cielo con arpegios
de un mañana pleno.
Coros de aves
cantan la verdad
de una tierra desolada
GRIS
por la ausencia
del rey natural.
Tiembla la luna,
brillan los ojos,
crecen las aguas
en el interior.
La nostalgia inunda el pueblo
de cada uno, el corazón.
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