jueves, 20 de marzo de 2014

El pibe, Bondi en hora pico.

Un pibe re paqueado, pasajero del 59, va sentado rapeando. Rapeando sobre el amor, sobre los amigos que se fueron “a un mundo mejor”, dice que los extraña y que quiere salir de la mierda en la que se metió y que solo no puede. Los demás pasajeros lo miran mal, con miedo y el chofer lo calla de mal modo. Él pide disculpas, enmudece, se levanta. (Mientras las mujeres se agarran fuerte de sus carteras, mitá de los tipos lo miran haciéndose los malos, mitá se sonrié viendo la escena). El chabón saca la cabeza por la ventanilla, grita "por favooooooooor" en voz alta mientras le da el viento en la cara y lo repite como rogándole algo a alguien, como a un dios. Va mirando para afuera por que está próximo a bajarse y se quiere ubicar,  a la altura de José Hernández abandona el barco con la mirada perdida y los ojos llorosos. El loco se va caminando despacito, cruza la calle y se pierde entre los transeúntes.
 Cuando bajó se transformó en un zombi más entre ellos, todos, que se matan unos a otros por ser los primeros en emprender regreso a sus hogares en hora pico, como si ya no hubiera nada más que una guerra gris.

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