Se cuelan fluorescentes
los colores del día
por la brisa que corre
a través de la ventana del cuarto.
Los dibujos trepan las paredes
Escondiéndose de las penumbras.
la luna da giro y rienda suelta
a los caballos que navegan
en las noches eternas.
Madrugan tus cesos
o no duermen siquiera,
desarman y arman juguetes a cuerda
y el sonido, cualquiera
el menor de todo el ambiente
el más acotado
resuena por los huesos
de algunos muñecos
con su cuerpo de carne.
Las luces se derriten sin sentido
como el reloj que frena
cualquier impulso inapropiado
apropiándose del como y el cuando
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