domingo, 8 de septiembre de 2013

Enrosque Dominical

 Son las cinco de la tarde por Sanchez Dumont y tengo un menjunje dentro de mi ser.
No se si es que el tabaco puede abarcar todo el conflicto, dudo mucho que pueda repararlo pero en la abstinencia cigarrera que trae el después de una noche larguísima que terminó recién ( dos o tres cuadras atrás), tengo ganas sentarme a fumar en la plaza cercana a la estación de tren chacaritense mientras veo comocorre lejos el Domingo a pelotazos de los pibes, a arpegiazos de los guitarreros en el parque.
Buscando llegar a destino para reposar en estado fotositético, transito una calle que bordea el cementerio y no entiendo bien por qué me hizo sentir así de confundida el paisaje tétrico de los paredones que contienen aquel jardín minado de marfil, una vereda con el olor fresco de las flores que se venden con el fin de benerar caídos y la calidéz del sol en un día que quiere ser primavera.

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