Forzar el destino es inútil. A veces hay que aprender a perdonarlo y ver por que decide que las cosas sean de una determinada manera.
Me carcome las tripas la ansiedad, pero verte fue como entrar en un tren fantasma repleto de recuerdos que bien o mal se transformaron en pánico y locura.
Quería salir corriendo un poco de tu mano, y un poco sola sin saber más nada en absoluto de vos.
Mis piernas y mi voz denotaban mi estado Neurótico-histérico al punto máximo.
Ya no se si puedo decirte que saber de vos siempre es grato por que en algún rincón de mi ser, sentí que no lo fue.
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