Quién habrá dicho
que los tréboles de cuatro hojas
traen
suerte.
Dicen que fue un niño mientras caminaba con su perro una tarde, investigaban el pasto de una quinta
que habían alquilado sus padres un verano del 69´en el Delta, después de una tormenta, buscaban juntos el final del arcoíris, las monedas de oro plateadas por la luz.
Me contaron que ese chiquitín aquél día, un 1º de marzo por ser exacta, se transformó en duende y su perro en un castor que lo cargaba en su lomo tieso de tanto corretear los bosques. Juntos saltaron flores, troncos, construyeron puentes entre los charcos, del menor al mayor con las ramas que encontraban sendero a sendero.
Al encontrarse justo en el centro del jardín, lo vieron. Ahí estaba, el de los cuatro pétalos verde.
Ahí mismo el niño lo bendijo: - Amante de la suerte, Trébol de cuatro hojas, eternamente.-
El perro aulló al infinito hasta que la llovizna volvió a recordarles en que estaban. Se fueron del centro de la escena, quedando ahí mismo solo el yuyo en la garúa que refrescaba el atardecer.
miércoles, 5 de marzo de 2014
martes, 4 de marzo de 2014
Retrato- nada
Los juncos se doblan por el oleaje de las naves, dos personas nadan con un perro y una jauría se deja acariciar por un niño que pasa caminando, los parásitos de los árboles se sacuden mientras florecen en otro lado del parque los malbones.
Hola, permiso
-Hola, perdón, permiso
me prestás tu bote?
Es que yo no tengo uno,
me siento encerrada entre la inmensidad
y los mil caminos que puedo tomar.
Permiso, de verdad
lo necesito
remo hasta la esquina de allá, esa
y te lo devuelvo.
Quiero saltar las olas , inmensas, que dejan las lanchas que pasan
buscar la pelota que se fue para los juncos
todas las ideas. Todas. Que se queden allá.
Quiero sentir
como transito el agua
y el viento-
me prestás tu bote?
Es que yo no tengo uno,
me siento encerrada entre la inmensidad
y los mil caminos que puedo tomar.
Permiso, de verdad
lo necesito
remo hasta la esquina de allá, esa
y te lo devuelvo.
Quiero saltar las olas , inmensas, que dejan las lanchas que pasan
buscar la pelota que se fue para los juncos
todas las ideas. Todas. Que se queden allá.
Quiero sentir
como transito el agua
y el viento-
Ocio
Estamos jugando
todo el tiempo,
movemos nuestro cuerpo
o intentamos
nunca más quedarnos quietos
con la mente
Impulsamos
laberintos coloridos
y anidamos
en el parque,
este
de una libertad, una comunidad.
Las ideas
se diluyen
acuareladas.
todo el tiempo,
movemos nuestro cuerpo
o intentamos
nunca más quedarnos quietos
con la mente
Impulsamos
laberintos coloridos
y anidamos
en el parque,
este
de una libertad, una comunidad.
Las ideas
se diluyen
acuareladas.
Mosquitos
En degradé
celestirosáceo, rosado
osado
entre el verde-bosque
el río
y los mil bichos que dejan marca
entre las voces, susurros
de los que juegan reunidos, cerca
en degradé
se esconde el sol
yo no quiero
que beban
de mi sangre.
celestirosáceo, rosado
osado
entre el verde-bosque
el río
y los mil bichos que dejan marca
entre las voces, susurros
de los que juegan reunidos, cerca
en degradé
se esconde el sol
yo no quiero
que beban
de mi sangre.
Fucsia
Fucsia
la flor en la arboleda
sonrisas y chinelas
Fucsia
el atardecer,
vos viendo el atardecer
en otro lado
o en todos lados
como corriendo por
mi cuerpo
como la brisa
esta mañana me acariciaba
como el impulso
de dejarme llevar por el deseo,
Fucsia.
la flor en la arboleda
sonrisas y chinelas
Fucsia
el atardecer,
vos viendo el atardecer
en otro lado
o en todos lados
como corriendo por
mi cuerpo
como la brisa
esta mañana me acariciaba
como el impulso
de dejarme llevar por el deseo,
Fucsia.
Murciélagos
Duermen
en tu techo,
Animañas sin un lecho
vuelan con destino
desconocido.
ey! un punto blanco en el cielo
ey! los espirales tienen veneno
un farol, un muelle
revalsan chorreantes los tanques,
nuestras cartas hoy son de fuego.
en tu techo,
Animañas sin un lecho
vuelan con destino
desconocido.
ey! un punto blanco en el cielo
ey! los espirales tienen veneno
un farol, un muelle
revalsan chorreantes los tanques,
nuestras cartas hoy son de fuego.
Constelaciones
Poné el jueguito
ése, el de las constelaciones
por que el tanque tiene sed de las estrellas,
anoche vimos a marte.
Por todos lados las luciérnagas...
Vimos, hicimos ruido, tosimos, bebimos, suspiramos
el viento
las paredes
los planetas,
motores
la heladera,
el agua
perros,
insectos
nos mesen
con música de fondo.
ése, el de las constelaciones
por que el tanque tiene sed de las estrellas,
anoche vimos a marte.
Por todos lados las luciérnagas...
Vimos, hicimos ruido, tosimos, bebimos, suspiramos
el viento
las paredes
los planetas,
motores
la heladera,
el agua
perros,
insectos
nos mesen
con música de fondo.
lunes, 9 de septiembre de 2013
Parque Las Heras
La plaza. Los ojos, los gestos de todos. Transeúntes entrecruzan sus vidas por separado
habitando un espacio: La Plaza. Miles de personas un Sábado a la tarde toman
sol en el Parque Las Heras, acá a la vuelta.
Hay chicos conquistando chicas, chicas
conquistando chicas, chicos conquistando chicos. Familias jugando, reprochándose
y manifestando abiertamente con nimios comportamientos su relación, amigos
tocando y otros, fumando. Los tranzas tranzan en los bancos, los pungas
rescatan lo que pueden y algunos otros habitantes se separan de su pareja ya
sea corta o de años. Los amantes de otros barrios se prometen amor, los perros de Palermo coquetean (suelen ser Caniches Toy o alguna otra raza de perros
tirando a histéricos).
El parque y el sol, testigos de
todas las historias que suceden rondando Las Heras.
Sentada, como chiquita con la
guitarra casi jugando, probando qué pasa, pierdo todo hilo en mi concentración.
Me inquieta un poco ver a todos ésos personajes improvisando en su role play.
La tarde sabática me lleva como
cuando era una nena, a imaginarme quienes son todos ellos. De dónde vienen..
¿Quienes son? ¿De dónde vienen? Quienessssssssssssssssssss…
Entonces empiezo a pensar que la
señora que vino sola a sentarse no es alguien que está de paso, no. Ella
necesita pensar. Pensar por qué hace veinte años posterga su felicidad para
mañana, por que una vez se quedó colgada del pasado y no entendió que éso ya no
servía más. Así, sumisa, perdida de si misma, cagándose en todo buen porvenir
decidió casarse con Adrián.
Entonces empiezo a pensar que ésa
chica y ése chico que están tomando mate se conocieron unos días atrás en el
recital de un amigo del amigo del amigo, y en un tiro empezaron a hablar.
Entonces empiezo a pensar que ése
tipo que vende artesanías viene de un viaje por Méjico o quizá de Cuba, repleto
de bohemia, colores, mujeres, música e historias, que conoció un chamán y casi que se fue con Don Juan y sus enseñanzas a
jugar a ser perro y que, podría ser interesante conocerlo..
Entonces, me invento mil mundos
afuera del mío y todo mi paseo se trasforma en algún guión de película soliendo
ser generalmente un dramón.
Cómo me gusta el drama. Cómo me
gusta el enrosque. Cómo trasformo cualquier cosa en un quilombo para mi.
Prosigamos. Entonces, ¿Cuál es la
meta de ir a la plaza? Ser uno más que vive la vida y participa en toda ésta
parafernalia social que podría ser una masa, o ser un observador que detiene cualquier ímpetu
ocioso a conectar con uno y crear, proyectar en las vidas ajenas.y como en la
vida propia, sacar conclusiones de lo implícito. “Si no lo hace no me quiere”, “Si
me mira así es por que quiere decirme en realidad que no quiere”
Todo sería tan bello si obviaramos
las conclusiones de lo implícito o si solamente nos permitiríamos pensar bien
primero. Más que pensar, sentir bien.
Malditos nosotros, los fanátcos de la crisis continua.
Malditos nosotros, los fanátcos de la crisis continua.
domingo, 8 de septiembre de 2013
Enrosque Dominical
Son las cinco de la tarde por Sanchez Dumont y tengo un menjunje dentro de mi ser.
No se si es que el tabaco puede abarcar todo el conflicto, dudo mucho que pueda repararlo pero en la abstinencia cigarrera que trae el después de una noche larguísima que terminó recién ( dos o tres cuadras atrás), tengo ganas sentarme a fumar en la plaza cercana a la estación de tren chacaritense mientras veo comocorre lejos el Domingo a pelotazos de los pibes, a arpegiazos de los guitarreros en el parque.
Buscando llegar a destino para reposar en estado fotositético, transito una calle que bordea el cementerio y no entiendo bien por qué me hizo sentir así de confundida el paisaje tétrico de los paredones que contienen aquel jardín minado de marfil, una vereda con el olor fresco de las flores que se venden con el fin de benerar caídos y la calidéz del sol en un día que quiere ser primavera.
No se si es que el tabaco puede abarcar todo el conflicto, dudo mucho que pueda repararlo pero en la abstinencia cigarrera que trae el después de una noche larguísima que terminó recién ( dos o tres cuadras atrás), tengo ganas sentarme a fumar en la plaza cercana a la estación de tren chacaritense mientras veo comocorre lejos el Domingo a pelotazos de los pibes, a arpegiazos de los guitarreros en el parque.
Buscando llegar a destino para reposar en estado fotositético, transito una calle que bordea el cementerio y no entiendo bien por qué me hizo sentir así de confundida el paisaje tétrico de los paredones que contienen aquel jardín minado de marfil, una vereda con el olor fresco de las flores que se venden con el fin de benerar caídos y la calidéz del sol en un día que quiere ser primavera.
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