lunes, 9 de septiembre de 2013

Parque Las Heras

La plaza. Los ojos, los gestos de todos. Transeúntes  entrecruzan sus vidas por separado habitando un espacio: La Plaza. Miles de personas un Sábado a la tarde toman sol en el Parque Las Heras, acá a la vuelta.
 Hay chicos conquistando chicas, chicas conquistando chicas, chicos conquistando chicos. Familias jugando, reprochándose y manifestando abiertamente con nimios comportamientos su relación, amigos tocando y otros, fumando. Los tranzas tranzan en los bancos, los pungas rescatan lo que pueden y algunos otros habitantes se separan de su pareja ya sea corta o de años. Los amantes de otros barrios se prometen amor, los perros de Palermo coquetean (suelen ser Caniches Toy o alguna otra raza de perros tirando a histéricos).
El parque y el sol, testigos de todas las historias que suceden rondando Las Heras.
Sentada, como chiquita con la guitarra casi jugando, probando qué pasa, pierdo todo hilo en mi concentración. Me inquieta un poco ver a todos ésos personajes improvisando en su role play.
La tarde sabática me lleva como cuando era una nena, a imaginarme quienes son todos ellos. De dónde vienen.. ¿Quienes son? ¿De dónde vienen? Quienessssssssssssssssssss…
Entonces empiezo a pensar que la señora que vino sola a sentarse no es alguien que está de paso, no. Ella necesita pensar. Pensar por qué hace veinte años posterga su felicidad para mañana, por que una vez se quedó colgada del pasado y no entendió que éso ya no servía más. Así, sumisa, perdida de si misma, cagándose en todo buen porvenir decidió casarse con Adrián.
Entonces empiezo a pensar que ésa chica y ése chico que están tomando mate se conocieron unos días atrás en el recital de un amigo del amigo del amigo, y en un tiro empezaron a hablar.
Entonces empiezo a pensar que ése tipo que vende artesanías viene de un viaje por Méjico o quizá de Cuba, repleto de bohemia, colores, mujeres, música e historias, que conoció un chamán y casi  que se fue con Don Juan y sus enseñanzas a jugar a ser perro y que, podría ser interesante conocerlo..
Entonces, me invento mil mundos afuera del mío y todo mi paseo se trasforma en algún guión de película soliendo ser generalmente un dramón.
Cómo me gusta el drama. Cómo me gusta el enrosque. Cómo trasformo cualquier cosa en un quilombo para mi.
Prosigamos. Entonces, ¿Cuál es la meta de ir a la plaza? Ser uno más que vive la vida y participa en toda ésta parafernalia social que podría ser una masa,  o ser un observador que detiene cualquier ímpetu ocioso a conectar con uno y crear, proyectar en las vidas ajenas.y como en la vida propia, sacar conclusiones de lo implícito. “Si no lo hace no me quiere”, “Si me mira así es por que quiere decirme en realidad que no quiere”
Todo sería tan bello si obviaramos las conclusiones de lo implícito o si solamente nos permitiríamos pensar bien primero. Más que pensar, sentir bien.
Malditos nosotros, los fanátcos de la crisis continua.


domingo, 8 de septiembre de 2013

Enrosque Dominical

 Son las cinco de la tarde por Sanchez Dumont y tengo un menjunje dentro de mi ser.
No se si es que el tabaco puede abarcar todo el conflicto, dudo mucho que pueda repararlo pero en la abstinencia cigarrera que trae el después de una noche larguísima que terminó recién ( dos o tres cuadras atrás), tengo ganas sentarme a fumar en la plaza cercana a la estación de tren chacaritense mientras veo comocorre lejos el Domingo a pelotazos de los pibes, a arpegiazos de los guitarreros en el parque.
Buscando llegar a destino para reposar en estado fotositético, transito una calle que bordea el cementerio y no entiendo bien por qué me hizo sentir así de confundida el paisaje tétrico de los paredones que contienen aquel jardín minado de marfil, una vereda con el olor fresco de las flores que se venden con el fin de benerar caídos y la calidéz del sol en un día que quiere ser primavera.